miércoles, 21 de febrero de 2018

EVOLUCIÓN DEL TELÉFONO

Un tal Antonio Meucci y el teléfono
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
El país de Galvani y de Volta, descubridores de la electricidad animal y de la pila, es también la patria del inventor del teléfono, Antonio Meucci, a quien hasta hace poco nadie conocía fuera de las fronteras de Italia. Al cabo de un siglo de su muerte, el Congreso norteamericano le ha hecho justicia.
Antonio Santi Giuseppe Meucci, nació en Florencia  1808, estudió ingeniería química e ingeniería industrial en la Academia de Bellas Artes de Florencia, que poseía profesorado y laboratorios de física y química
En octubre de 1835, Meucci y su esposa emigraron hacia América. Su primera escala fue Cuba donde trabajo en el Gran Teatro Tacón de  La Habana. En 1850, los Meucci emigraron a los Estados Unidos, y se instalaron en la ciudad de Nueva York, donde Meucci vivió el resto de su vida.
En su nueva residencia, Meucci fue siempre respetado como un prohombre de la comunidad italiana de Nueva York. Había instalado una fábrica de velas y acogía a cualquier italiano que necesitara ayuda. Garibaldi pasó por casa de Meucci durante su periplo americano.
Desarrolló un teléfono neumático (precursor de su teletrófono posteriormente bautizado como «teléfono»,) que hoy todavía se utiliza en el Teatro de la Pergola de Florencia y que luego lo perfeccionó en el teatro Tacón de La Habana y posteriormente se utilizó en los barcos para transmitir órdenes. Creó un nuevo sistema de galvanizado, un sistema de filtros para la depuración del agua e introdujo el uso de la parafina en la fabricación de velas. También desarrolló un sistema de electroshocks terapéuticos
 En 1854​ Meucci construyó un teléfono para conectar su oficina ubicada en  la planta baja de su casa con su dormitorio en el segundo piso. Sin embargo, Meucci carecía del dinero suficiente para patentar su invento, aunque sí patentó otros inventos que él creía más lucrativos, como un filtro económico para la depuración del agua y el uso de la parafina en la fabricación de velas que hasta ese momento se fabricaban con grasa de animales, muy contaminantes y sucias.​
Sin embargo su gran logro llegaría en 1860 cuando Meucci hizo público su mayor invento, que denomino teletrófono. En una demostración pública, la voz de un cantante se trasmitió a una considerable distancia. La prensa de Nueva York publicó una descripción del invento pero no se materializó ninguna de las ofertas que surgieron tras la demostración.
En la seguridad de haber concretado un gran proyecto y que podrían robarle la patente, quiso registrarlo, pero carecía de los 250 dólares (unos 7900 dólares de 2016)​ que costaba la patente definitiva, tuvo que conformarse con un cáveat. Una suerte de ‘aviso’, trámite preliminar de presentación de documentación para el patentamiento, con vigencia de un año que concreto el 28 de diciembre de 1871 y que pudo renovar, por 10 dólares (o 314 dólares de 2016)​ solo en 1872 y 1873.
Un accidente obliga a su esposa a vender los trabajos de Antonio a un prestamista, por 6 dólares. Cuando, una vez repuesto, vuelve para recuperarlos la casa de empeño dice haberlos vendido a un hombre joven al que nunca se pudo identificar.
En cuanto tuvo el acuse de recibo de la oficina de Patentes, Meucci volvió a empeñarse en demostrar el potencial de su invento. Para ello, ofreció una demostración del «telégrafo parlante» a un empresario llamado Edward B. Grant, vicepresidente de una filial de la Western Union Telegraph Company. Cada vez que Meucci trataba de avanzar, se le decía que no había hueco para su demostración, así que transcurridos dos años, Meucci pidió que le devolvieran su material, y recibió como respuestas “que se había perdido”.​
Por otro lado, en 1876, Alexander Graham Bell registró una patente que realmente no describía el teléfono pero lo mencionaba como tal. Cuando Meucci, que vivía en Nueva York se enteró, pidió a un abogado que reclamara ante la oficina de patentes de los Estados Unidos en Washington, algo que nunca sucedió. Sin embargo, un amigo que tenía contactos en Washington, se enteró de que toda la documentación referente al telégrafo parlante registrada por Meucci en la oficina de patentes, “se había perdido”.​
Una investigación posterior puso en evidencia un delito de prevaricato por parte de algunos empleados de la oficina de patentes con la compañía de Bell. En un litigio entre la empresa Bell Telephone Company (creada posteriormente en 1877) y Western Union, afloró que existía un acuerdo por el cual Bell pagaría a la Western Union un 20 % de
los beneficios derivados de la comercialización de su invento durante 17 años.​
Diez años después, en un proceso legal de 1886, Meucci tuvo que demandar incluso a su propio abogado, sobornado por el poderoso Bell. Sin embargo Meucci pudo hacer entender al juez que no cabía duda en cuanto a la autoría del invento registrado y en una declaración pública el entonces secretario de Estado afirmo: «Existen suficientes pruebas para dar prioridad a Meucci en la invención del teléfono». A pesar de este reconocimiento no pudo reclamar los beneficios económicos de su invento ya que su patente había caducado muchos años antes.
El Gobierno de Estados Unidos inició acciones legales por fraude contra la patente de Alexander Graham Bell, pero el proceso se empantanó en el arsenal de recursos esgrimidos por los abogados de Bell, y los ingentes intereses económicos de las
grandes corporaciones de Estados Unidos, hasta cerrarse en 1889 debido a la muerte de Meucci.​
El 11 de junio de 2002, tardíamente, el Boletín Oficial de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos se publicó la Resolución Nº 269, por la que se honra la vida y el trabajo del inventor italoestadounidense. En la misma se reconoce que fue Antonio Meucci en vez de Alexander Graham Bell quien inventó el teléfono. Pero Bell lo patentó y todavia hoy en todo el mundo se lo cree su inventor. Por su parte el  gobierno de Italia lo honra con el título de “Inventore ufficiale del teléfono”.
Por Osvaldo Nicolás Pimpignano
Periodista de Investigación – FLACSO
Para: ASOCIACION ECOLOGISTA RIO MOCORETA

Las imágenes fueron tomadas de la WEb

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